Como madre me compete escribir sobre un tema tan fundamental, y controvertido
como es la crianza de nuestros hijos,
más puntualmente sobre ese ridículo supuesto que lamentablemente aún persiste
en nuestra sociedad actual; estoy
hablando de la famosa palabra que tanto les gusta usar a muchos para
calificarnos: “malcriar”. Si, quisiera rescatar que al menos los pediatras
convencionales hace ya unos cuantos años están destituyendo el supuesto de que
tenerlo a upa, por ejemplo, no es malcriarlos. Suele pasar que la masa parece
confiar más en la medicina que en el propio instinto, con lo cual este giro es
positivo desde ese punto de vista. Por que “si
lo dice el dotor” palabra santa; no sea cosa que uno tenga que hacerse
responsable por criar, haciéndose cargo de cometer errores y de aceptar que uno
es humano y es necesario equivocarse ¡Por que es la única manera de aprender!
Retomando la temática que me pertenece, hablare en base
a mi experiencia y la de muchas mamas con las que comparto estos temas en el
grupo de crianza, en mi trabajo con familias y entre mi circulo social.
En principio, la mayoría hemos padecido el ataque
masivo de opiniones durante el embarazo y después, también. Nunca faltan familiares y gente invasiva que con sus
comentarios desafortunados e ignorantes, critican y opinan; aunque nadie les
haya pedido nada. Parecen aprovechar el momento donde una esta más vulnerable y
sensible que nunca para bombardearte de información, que en realidad
desinforma, y no dejarte ni siquiera responder u opinar. Aunque una intente
generar el espacio para expresarse, de forma políticamente correcta, parece que
la palabra pierde peso y se diluye en medio del bullicio ajeno. La sensación de
invasión es tan agotadora y frustrante que a veces encerrarse en un cuarto,
largarse a llorar o responder de mala gana, son las únicas maneras de que
respeten un poco la privacidad y los momentos tan íntimos como son los primeros
contactos físicos entre una madre y su pequeño bebé.
En mi caso personal desde que mi hijo nació, parece ser
que todos se han convertido en eximios pediatras, psicólogos, puericultores y
especialistas en crianza. Dan órdenes de cómo criar, como amamantar, como tiene
que dormir, respirar y vivir. Ponelo así, dejalo allá, dale cada tres horas,
que no se malacostumbre, etc. Parece que no se cansan, que no conocen el
significado de la palabra “respeto” como tampoco el de “libertad”. Si cada uno tuvo su propia oportunidad de
criar ¿Por qué no respetar el derecho de cada mamá o familia a elegir? Una cosa
es el consejo sano o la opinión respetuosa, y otra cosa es la invasión
constante, la critica innecesaria y la
necesidad de marcar todas y cada una de las consecuencias que traerá cada
actitud que una toma con su bebé lo cual puede generar miedo o culpa en una
mamá sobre todo primeriza, en cambio de generar algo positivo y sano como es el
acompañar la crianza respetando las elecciones de cada sujeto en particular.
“Es un malcriado”
repiten varios cuando me observan con mi hijo a upa, mientras le canto o le doy
besos o si llora cuando lo paso a otros brazos. Hace unos días le pregunte a
una de esas personas, mirándola seriamente a los ojos ¿Darle Amor es malcriarlo?
Malcriado es el que no tuvo Amor.
Ni siquiera respondió. Sera que lamentablemente muchas
de esas personas no han tenido suficiente amor y compañía en su primera
infancia y creen que tratar con desapego y frialdad a un niño, poniendo limites
desde que nace es criarlo “como se debe”
o como los han criado a ellos ¿Existe realmente un “como se debe” cuando hablamos de crianza? Personalmente considero
que no hay una manera ni una forma correcta, sino que cada familia encuentra su
equilibrio, cultiva su jardín y es
artífice de su propio camino ¿Tanto cuesta respetar lo que es diferente?
Por eso me cuesta profundamente entender como puede ser
que tantas generaciones de mujeres hayan criado de acuerdo a lo que les decía
el pediatra, la vecina, un libro sin fundamentos o la misma televisión. No puedo evitar preguntarme ¿Dónde habrá
quedado en esas mujeres el instinto materno, la intuición femenina, la loba
interior? No puedo comprender como los mandatos y la ignorancia podían ser más
fuertes que la corazonada interior que permanece a flor de piel cuando las
mujeres nos convertimos en madres, cuando parimos nuestros cachorros, cuando tomamos
conciencia de que somos hembras, mamíferas y que nuestra cría es lo más sagrado
del Universo ¿Cómo puede suceder que eso quede tan solapado y enterrado en las
profundidades de una misma?
Cuando sorpresivamente la gente se anoticia de que mi
hijo (de apenas dos meses recién) no
duermen aún en la cuna sino en la cama conmigo o que prácticamente no usa el
cochesito y lo ven dormir en brazos, acotan cosas como “es un caprichoso”, “ya te
tomo el tiempo” o esa frase que me parece terrible “no te lo vas a poder sacar más de encima”. Yo les preguntaría
honestamente ¿Usted quiere sacarse a su hijo de encima? ¡¡Por que yo no,
señora!!
Y nuevamente la famosa frasecita juzgadora emerge: es
un malcriado. Yo le preguntaría a cada una de esas personas: Señor, señora si
usted podría elegir entre dormir acunado, sobre los tibios brazos de alguien de
confianza, que le brinda seguridad, le canta, lo mece y lo acaricia y habla con
mucho amor y dormir solo, en una habitación fría, mirando el techo vacio, en
silencio ¿Qué elegiría? Cuanto cambiaria todo si lograsen ponerse un segundo en
la piel de un bebé que recién llega a este mundo después de haber pasado nueve
meses en el vientre materno. Además, nadie pide lo que no necesita, mucho menos
un bebé indefenso e inocente, que no puede ser caprichoso o tomarte el tiempo
de nada ¡Ni siquiera sabe lo que es el tiempo! Apenas intenta adaptarse al
universo, al día a día, a la vida humana. Algunos bebes son más sensibles que
otros, como sucede también con los adultos y cada diada tiene sus tiempos y
ritmos ¿Por qué no respetarlos? En todo caso, es mi elección como criarlo
porque se trata de MI hijo y SU futuro ¿No? Déjenme hacerme cargo a mi.
Por eso me genera una mezcla de tristeza e indignación
sentir la carencia de tacto, de sentido común, la falta de respeto e
insensibilidad con la que muchas veces se trata a los niños, que son seres
humanos en formación, en pleno desarrollo. Personas pequeñas que necesitan
seguridad, confianza y sobre todo AMOR.
Pienso que “malcriar”
es dejar a un niño llorar solo por horas hasta que se resigne pensando que de
esa manera “aprende”. Si, claro que
aprende, a que el mundo es un lugar
inseguro, hostil y que aunque llore mi mamá no va a acudir a abrazarme y
satisfacer lo que necesito. Malcriar es
no darle la atención suficiente, es no respetar sus necesidades, no escucharlas
ni atenderlas porque se lo trata como un adulto que “tiene que entender, tiene que aprender, se tiene que acostumbrar”
cuando apenas es un bebé de centímetros que intenta adaptarse y sobrevivir. Que
triste que sean las propias madres quienes no puedan conectarse con su cachorro
para poder cubrir esas necesidades, que a veces son tan simples y amorosas como
una caricia que lo contenga, un arrullo suave, relajarse y tomarse el tiempo
que ellos necesitan para alimentarse, nutrirlo no solo con leche materna sino
con palabras, con abrazos y AMOR en sus múltiples maneras.
No señora, no señor, yo no malcrío a mi hijo porque le
brindo seguridad y confianza, no lo sobrealimento porque le ofrezco mi leche a
libre demanda, no lo vuelvo “maricon”
por que lo duermo a upa, ni será dependiente por que duerme a mi lado, todo lo
contrario ¡Contengo su fragilidad y acompaño su crecimiento y desarrollo
respetando sus tiempos! Crio con apego, con mis propias certezas internas
aunque deba luchar con “ese mundo”
que en cambio de ser comprensivo, señala y critica. Ningún hijo nace con manual
y es trabajo individual de cada mamá y papá conocer y reconocerse con su bebé
¿Podría permitirme hacerlo así como usted lo hizo a su
manera?
Gracias.
Nadia
P. Scollo, Mamifera, Mujer, Mamá y
Licenciada
en Psicología.
Marzo
2012
Muy buen articulo,realmente es tal cual lo que siento con comentarios de gente cercana y no tanto,y me pregunto?si yo no opino lo que cada mujer hace con su hijo porque tienen que decirme o comentar lo que yo estoy haciendo??y eso que somos mujeres,madres,amigas,criando a nuestras crias. Ojala haya mas articulos como este para que cada vez sean mas las mujeres que puedan criar como quieran y sientan y sobre todo libres de demostrar el amor y la ternura que sienten por esa personita indefensa que lo unico que pide y necesita es amor y contencion. Felicitaciones por tu nota!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Mariana!
ResponderEliminarUn abrazo y a seguir adelante con nuestras convicciones en libertad